Este fin de semana pasado estuve dando una vuelta por los alrededores de Castiello de Jaca, donde me encontré con esta pareja de tarabillas posadas sobre unas zarzamoras que se encontraban entre dos campos labrados. Este tipo de lugares es de los más típicos para localizar esta especie, así como otras muchas, que se colocan en estos posaderos naturales desde donde pueden localizar a sus presas (insectos) y a la vez tienen buen campo visual frente a posibles predadores.
En el caso de las tarabillas comunes existe dimorfismo sexual, siendo fácil de distinguir al macho de la hembra por su cabeza negra y su collar blanco, mientras que esta tiene colores más castaños.
Esta especie es residente durante todo al año en toda nuestra geografía, esperemos que esta pareja de tarabillas se prepare bien este otoño para poder sobrevivir a todos los obstáculos que les traiga el invierno y en la primavera que viene puedan volver a criar y sacar a sus pollitos adelante.
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